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lunes, 28 de mayo de 2018

AMANIDA DE LLENTIES "ECO"

Llenties 3/4 parts (si no és comprant bullides, abans de bullir deixar-les unes 8 h amb aigua i tirar aquesta aigua)
Arròs Integral 1/4 part
Algues kombú (fetes amb l'arròs, es poden tirar una mica més tard)
Fonoll cru
Col blanca crua
Carbassó cru
Per amanir oli verge extra d'oliva, cúrcuma i pebre (opcional posar-hi llevat de cervesa)
Opcional: Advocat i tomàquet




Àpat proteic, amb moltes vitamines, minerals i electromagnetisme per gaudir i ajudar al nostre organisme.



alimentacioisalut.david@gmail.com

miércoles, 23 de mayo de 2018

AYUNO CONTROLADO fuente de salud

“Ayuno dieciséis horas cada día, y me siento fuerte y sano”


Dr. Andreas Michalsen, médico internista y naturópata. Tengo 56 años. Nací en Berlín y vivo junto al lago Constanza (Alemania). Soy médico internista y naturópata en el hospital Immanuel (Berlín).

¿Es naturópata?
Desde hace quince años.
¿Qué es la naturopatía?
Tratar dolencias con terapias naturales, no de síntesis.
¿Cómo de “naturales”?
Combina hidroterapia (balneario y chorros de agua fría y caliente), fitoterapia (hierbas medicinales) y dieta vegetariana.
¿Y eso cura?
¡Es nuestra tradición medicinal europea! Además de sangrías con sanguijuelas, masajes y ayunos. Y a mi naturopatía le añado tratamientos de otras tradiciones terapéuticas.
¿Por ejemplo?
Acupuntura, yoga, meditación, ayurveda: es una medicina integrativa, holística.
No es una medicina académica.
Soy médico: desdeñé la naturopatía durante quince años como internista en un hospital.
¿Y qué le convirtió en naturópata?
Tuve que aceptar, finalmente, que mi padre tenía razón. Mi padre fue médico, mi abuelo fue médico. De niño caí enfermo y falté mucho a clase, padecía una bronquitis aguda... Y mi padre me llevó ¡al mar del Norte!
Qué frío... ¿Para qué?
Tres semanas de baños de agua fría, inhalaciones de agua marina, paseos por la costa y por el bosque... Yo tenía siete años y me aplicó la cura naturópata de Kneipp: ¡me curé!
¿Quién era el tal Kneipp?
Un monje alemán que en 1845, diagnosticado de una tuberculosis mortal, se curó con inmersiones en el invernal río Danubio. Luego sanaría a un emperador y a un Papa.
Y a usted. ¡Estaría contento!
¡Qué va, no quise saber nada de mi padre ni de la naturopatía! Sólo me interesaba tocar la guitarra y ser un músico rockero.
¿Se rebotó con la naturopatía paterna?
Mucho. Pero al cabo de un tiempo vi que del rock no viviría... y me doctoré en medicina, ¡lejos de la naturopatía! Ejercí como cardiólogo, trabajé en urgencias hospitalarias...
¿Y qué detonó su conversión?
Hablar un día con uno de los muchos pacientes cardiopáticos a los que yo colocaba catéteres: tenía sobrepeso, estrés, fumaba, comía mal... Hablamos de sus pastillas, hábitos... Y al final me dijo: “Es el primer médico que habla conmigo”. ¡Y... su salud mejoró!
Nunca se había sentido bien cuidado.
¡Ahí entendí que podía hacer más por mis pacientes! Dejé quince años de medicina despersonalizada, en la que veía enfermedades y no enfermos, en la que recetaba abusivamente pastillas y antibióticos, encareciendo y cronificando patologías sin curarlas...
¿Es más barata y eficaz la naturopatía?
Sí, eso sostengo, y la Seguridad Social alemana cubre hoy ya algunos de estos tratamientos. Pero sigue en pie la guerra de dos bandos...
¿Qué dijeron sus colegas médicos?
Me desprestigiaron, se burlaron. Por eso tomé una decisión: ¡testaría científicamente cada bondad empírica de la naturopatía!
Y sobre el ayuno... ¿qué dice la ciencia?
Que el metabolismo agradece descansos bioquímicos cíclicos, periódicos y regulares. ¡Cada ayuno es un reset para tu organismo!
¿Qué ciclos de ayuno me aconseja?
¿A qué hora te pide tu cuerpo acostarte? Eso es genético: averígualo primero. En mi caso, me entra el sueño a medianoche.
Pongamos que a mí me sucede lo mismo.
Bien, pues ayuna tres horas antes de acostarte: de nueve a doce ¡no comas nada! Levántate a las ocho... y ayuna tres horas más.
¡Todos me insisten en que desayune!
No, con un café basta. Yo ayuno catorce o –mejor– diecisiéis horas cada día.., ¡y me siento fuerte y sano! Come bien a mediodía, entre doce y una. Y cena entre siete y ocho.
Me entrará hambre entre horas...
Pues tómate un capricho, con una condición: ¡que sea algo muy pequeño y muy exquisito, delicioso y caro! Yo soy goloso... y paladeo una rica trufa de chocolate.
¿Cuál es su plato predilecto?
La paella con verduras. El wok vietnamita. La pasta con tomate. Las ensaladas variadas.
La dieta vegetariana ¿no le aburre?
Un poco. Pero si persistes tres meses... ¡sentirás tanta mejora... que te compensará!
¿Qué otras prácticas naturópatas me aconsejaría?
Camina descalzo todo lo posible. Duerme sin calefacción, con la ventana abierta para oxigenar el aire. Date baños de bosque...
¿Baños de bosque?
Pasear por un buen bosque tonifica el sistema inmunitario, rebaja la hipertensión y modera el pulso cardiaco: lo hemos medido.
Con el tentador azúcar... ¿qué hago?
Ingerimos demasiado azúcar en nuestra dieta, viene oculto en casi todo:¡ minimízalo!
¿Y la sal?
No hay consenso científico: sólo modérala.
¿Y el alcohol?
Sólo un vasito de vino al comer, no más.
Practicaré una naturopatía sólo aproximativa, con su permiso...
Tú decides, pero sí te pido que no olvides nunca una cosa: eres biología, ¡eres un animal!
Despida a este animal con una infusión.
Infusión de dos láminas cortadas de una raíz de jengibre: tonifica tu inmunidad. Por las mañanas bebe una infusión de hinojo: te limpia y activa. Por las noches bebe una infusión de hierbaluisa: te calma y relaja.

LA VANGUARDIA -La Contra

domingo, 6 de mayo de 2018

LA TRAMPA DEL QUESO

El doctor Neal Barnard: 

“Que la leche fortalece los huesos es un reclamo comercial”

Lleva más de treinta años investigando la relación de la alimentación con la diabetes, el peso corporal y el dolor crónico. Le hemos entrevistado para conocer a fondo su tesis

El doctor Neal Barnard no se cansa de exponer que el queso (en todas sus formas) favorece el sobrepeso, sube el colesterol perjudicial, eleva la presión sanguínea, provoca diabetes y favorece las enfermedades autoinmunes. Pero este doctor en medicina, profesor en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Washington, presidente y fundador del Comité de Facultativos para la Medicina Responsable, aún va más allá, y en su último libro llamado La trampa del queso (ediciones Urano) desvela los intereses económicos y políticos que han convertido al queso en un pilar de nuestra alimentación.
En 1985, Barnard fundó el Comité de médicos para la medicina responsable, contrató a dos abogados y se puso a investigar la industria del queso. Gracias a la Ley por la Libertad de la Información salieron a la luz un montón de contratos entre el Gobierno de los Estados Unidos y las cadenas de comida rápida para impulsar el consumo de queso. Burger King, Wendy’s, Pizza Hut, Subway o Taco Bell son algunas de las cadenas de comida rápida que han firmado contratos gubernamentales.

– Usted denuncia que el gobierno de los Estados Unidos fomenta el consumo de queso y otros productos lácteos a causa de las presiones que recibe de las empresas, ¿es así?
– Mucha gente ignora por completo que estos grupos industriales gastan millones de dólares cada año presionando al gobierno para garantizar que sus intereses estén representados en nuestra política alimentaria federal, incluidas las Pautas dietéticas para estadounidenses y el Programa nacional de almuerzos escolares.
El gobierno de los EE. UU. en realidad recibe 140 millones de dólares cada año de la industria del queso para canalizarlo a una corporación llamada Dairy Management Inc., que trabaja con restaurantes de comida rápida para desarrollar y promocionar el queso en sus menús.

El gobierno de los EE. UU. en realidad recibe 140 millones de dólares cada año de la industria del queso”
Recientemente, trabajaron con McDonald’s para aumentar la cantidad de queso cheddar en algunos de sus productos en un 30 por ciento. La mayoría de los clientes de comida rápida desconocen que estos productos están desarrollados específicamente por la industria del queso y el gobierno para lograr que consuman más comida rápida.
No importa cuánta grasa y colesterol tenga el queso; por ley, nuestro gobierno se ha comprometido a promocionarlo gracias al implacable lobby de la poderosa industria láctea, que ha patrocinado la creación de una extensa gama de programas federales para promocionar la leche. Y ha funcionado: la venta de queso no deja de crecer cada año.

– Si hay estudios que revelan los aspectos perjudiciales del queso en nuestra salud, ¿por qué los gobiernos no apuestan por la prevención en lugar de favorecer a las industrias?
– En los Estados Unidos hay un gran conflicto de intereses. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos es responsable de la creación de las Pautas alimentarias de nuestro país, pero también son responsables de promover los productos agrícolas.
En otras palabras, la misma agencia que tiene la obligación de proporcionar información sobre la mejor nutrición para la prevención de enfermedades está tratando simultáneamente de aumentar las ventas de tocino, salchichas y queso.

No importa cuánta grasa y colesterol tenga el queso; por ley, nuestro gobierno se ha comprometido a promocionarlo”
Es un conflicto de intereses inherente, porque sabemos que estos alimentos están repletos de grasas saturadas y colesterol, lo que puede contribuir a muchas de las principales causas de muerte en nuestro país, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y la obesidad.
El estadounidense promedio ya come 33 libras de queso por año, lo que suma más de 60,000 calorías por persona, por lo que lo último que nuestro gobierno debería hacer es tratar de que comamos más queso.

– Así que mientras Michelle Obama hacía campaña contra la obesidad infantil, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estaba trabajando para aumentar las ventas de queso…
– Así es, esa es la contradicción de la que hablaba. Pero todavía hay más. Desde pequeños nos han inculcado la idea de que la leche fortalece los huesos y sigue teniendo los mismos índices de popularidad que Santa Claus y el Conejo de Pascua, pero no es real. Aunque el cuerpo necesita el calcio, no lo necesita en grandes cantidades.
El gobierno ha estado promocionando el calcio en cantidades de hasta 1.300 miligramos diarios para las adolescentes. Pero investigaciones de Harvard demuestran que una vez has ingerido 600 miligramos, ya no obtienes ningún beneficio extrae al tomar más.

Desde pequeños nos han inculcado la idea de que la leche fortalece los huesos y sigue teniendo los mismos índices de popularidad que Santa Claus y el Conejo de Pascua, pero no es real”
Además, el calcio no tiene por qué proceder de los lácteos. Está presente en una amplia gama de alimentos mucho más saludables como las judías y hortalizas de hoja verde. La afirmación de que la leche fortalece los huesos es un reclamo comercial y ha quedado grabada en las mentes de padres e hijos durante generaciones.

– ¿Qué sabe de la relación de los europeos con el queso?
– Al igual que los estadounidenses, los europeos consumen más de 30 libras de queso por persona, en promedio, cada año. En general, los europeos consumen alrededor de 10 millones de toneladas de queso cada año. Todas las variedades de queso, incluido el suizo, no son saludables. Sólo una onza de queso suizo contiene más de 100 calorías y casi 8 gramos de grasa, la mayoría de las cuales es grasa saturada.
También está lleno de colesterol y sodio, que es una receta para las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y otros problemas de salud. Que el queso es adictivo ya lo han demostrado diversos estudios, uno de los más recientes de la Universidad de Michigan.

– ¿Puede recordarnos por qué el queso es tan adictivo?
– El caso es que al digerirse el queso libera unas sustancias químicas llamadas casomorfinas (una sustancia estructuralmente parecida a las endorfinas que genera una agradable sensación de bienestar) y que provocan una fuerte adicción.



Todas las variedades de queso, incluido el suizo, no son saludables”

Las casomorfinas se adhieren a los receptores de opiácidos del cerebro, provocando un efecto calmante muy parecido a la manera en que lo hacen la heroína y la morfina. Y dado que el queso tiene un contenido concentrado de casomorfinas, puede ser llamado el crack lácteo.

alimentacioisalut.david@gmail.com


Fuentes: Lídia Penelo -LA VANGUARDIA