“Ayuno dieciséis
horas cada día, y me siento fuerte y sano”
Dr.
Andreas Michalsen, médico internista y naturópata. Tengo 56 años. Nací en Berlín y vivo junto al
lago Constanza (Alemania). Soy médico internista y naturópata en el hospital
Immanuel (Berlín).
¿Es naturópata?
Desde hace quince años.
¿Qué es la naturopatía?
Tratar dolencias con terapias naturales, no de
síntesis.
¿Cómo de “naturales”?
Combina hidroterapia (balneario y chorros de agua fría
y caliente), fitoterapia (hierbas medicinales) y dieta vegetariana.
¿Y eso cura?
¡Es nuestra tradición medicinal europea! Además de
sangrías con sanguijuelas, masajes y ayunos. Y a mi naturopatía le añado
tratamientos de otras tradiciones terapéuticas.
¿Por ejemplo?
Acupuntura, yoga, meditación, ayurveda: es una
medicina integrativa, holística.
No es una medicina académica.
Soy médico: desdeñé la naturopatía durante quince años
como internista en un hospital.
¿Y qué le convirtió en naturópata?
Tuve que aceptar, finalmente, que mi padre tenía
razón. Mi padre fue médico, mi abuelo fue médico. De niño caí enfermo y falté
mucho a clase, padecía una bronquitis aguda... Y mi padre me llevó ¡al mar del
Norte!
Qué frío... ¿Para qué?
Tres semanas de baños de agua fría, inhalaciones de
agua marina, paseos por la costa y por el bosque... Yo tenía siete años y me
aplicó la cura naturópata de Kneipp: ¡me curé!
¿Quién era el tal Kneipp?
Un monje alemán que en 1845, diagnosticado de una
tuberculosis mortal, se curó con inmersiones en el invernal río Danubio. Luego
sanaría a un emperador y a un Papa.
Y a usted. ¡Estaría contento!
¡Qué va, no quise saber nada de mi padre ni de la
naturopatía! Sólo me interesaba tocar la guitarra y ser un músico rockero.
¿Se rebotó con la naturopatía paterna?
Mucho. Pero al cabo de un tiempo vi que del rock no
viviría... y me doctoré en medicina, ¡lejos de la naturopatía! Ejercí como
cardiólogo, trabajé en urgencias hospitalarias...
¿Y qué detonó su conversión?
Hablar un día con uno de los muchos pacientes
cardiopáticos a los que yo colocaba catéteres: tenía sobrepeso, estrés, fumaba,
comía mal... Hablamos de sus pastillas, hábitos... Y al final me dijo: “Es el
primer médico que habla conmigo”. ¡Y... su salud mejoró!
Nunca se había sentido bien cuidado.
¡Ahí entendí que podía hacer más por mis pacientes!
Dejé quince años de medicina despersonalizada, en la que veía enfermedades y no
enfermos, en la que recetaba abusivamente pastillas y antibióticos,
encareciendo y cronificando patologías sin curarlas...
¿Es más barata y eficaz la naturopatía?
Sí, eso sostengo, y la Seguridad Social alemana cubre
hoy ya algunos de estos tratamientos. Pero sigue en pie la guerra de dos
bandos...
¿Qué dijeron sus colegas médicos?
Me desprestigiaron, se burlaron. Por eso tomé una
decisión: ¡testaría científicamente cada bondad empírica de la naturopatía!
Y sobre el ayuno... ¿qué dice la ciencia?
Que el metabolismo agradece descansos bioquímicos
cíclicos, periódicos y regulares. ¡Cada ayuno es un reset para tu organismo!
¿Qué ciclos de ayuno me aconseja?
¿A qué hora te pide tu cuerpo acostarte? Eso es
genético: averígualo primero. En mi caso, me entra el sueño a medianoche.
Pongamos que a mí me sucede lo mismo.
Bien, pues ayuna tres horas antes de acostarte: de
nueve a doce ¡no comas nada! Levántate a las ocho... y ayuna tres horas más.
¡Todos me insisten en que desayune!
No, con un café basta. Yo ayuno catorce o –mejor–
diecisiéis horas cada día.., ¡y me siento fuerte y sano! Come bien a mediodía,
entre doce y una. Y cena entre siete y ocho.
Me entrará hambre entre horas...
Pues tómate un capricho, con una condición: ¡que sea algo
muy pequeño y muy exquisito, delicioso y caro! Yo soy goloso... y paladeo una
rica trufa de chocolate.
¿Cuál es su plato predilecto?
La paella con verduras. El wok vietnamita. La pasta
con tomate. Las ensaladas variadas.
La dieta vegetariana ¿no le aburre?
Un poco. Pero si persistes tres meses... ¡sentirás
tanta mejora... que te compensará!
¿Qué otras prácticas naturópatas me aconsejaría?
Camina descalzo todo lo posible. Duerme sin
calefacción, con la ventana abierta para oxigenar el aire. Date baños de
bosque...
¿Baños de bosque?
Pasear por un buen bosque tonifica el sistema
inmunitario, rebaja la hipertensión y modera el pulso cardiaco: lo hemos
medido.
Con el tentador azúcar... ¿qué hago?
Ingerimos demasiado azúcar en nuestra dieta, viene
oculto en casi todo:¡ minimízalo!
¿Y la sal?
No hay consenso científico: sólo modérala.
¿Y el alcohol?
Sólo un vasito de vino al comer, no más.
Practicaré una naturopatía sólo aproximativa, con su
permiso...
Tú decides, pero sí te pido que no olvides nunca una
cosa: eres biología, ¡eres un animal!
Despida a este animal con una infusión.
Infusión de dos láminas cortadas de una raíz de
jengibre: tonifica tu inmunidad. Por las mañanas bebe una infusión de hinojo:
te limpia y activa. Por las noches bebe una infusión de hierbaluisa: te calma y
relaja.